Isabel Alvarado Alvarado nace en Orocovis un 10 de diciembre del 1931. Una mujer
emprendedora, la cual a lo largo de toda su vida se dedicó al servicio de los demás. Fue la
cuarta de una numerosa familia de 11 hijos, donde Dios siempre fue el centro de dicho
hogar. El deseo de superación la llevó a realizar grandes hazañas sin esperar nada a
cambio. Proviniendo de una familia pobre, muy musical y dedicada a la agricultura, le
animaba la idea de poder ayudar a sus padres, hermanos y vecinos a través de la
enseñanza. Cursó sus estudios a nivel superior en la escuela Florencio Santiago en el pueblo
de Coamo. Allí tuvo la oportunidad junto con dos de sus hermanas, de cantar en diferentes
actividades, inclusive con el gran reconocido artista, Bobby Capó. Gracias a su excelencia
académica, para el año 1953, consiguió una beca de estudios la cual utilizó para prepararse
en el campo de Educación en la Universidad De Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Allí en aquel esplendoroso plantel, estuvo estudiando durante un año. Y Ya en el año
1954, comenzó su travesía como educadora y debido a la escasez de profesionales que
existía en la época, obtuvo su primera experiencia en un campo remoto de Orocovis,
llamado La Francia. Para llegar al casi inaccesible lugar, Isabel se transportaba a caballo y
durante los días lluviosos, tenía que pernoctar en alguna residencia vecina dado que se le
imposibilitaba retornar a su hogar. Sin embargo, su deseo y vocación en la educación era
tan genuino y fuerte que ninguna de las vicisitudes que enfrentaba le impedía enseñar a los
niños más pobres y necesitados del sector.
Cuatro años más tarde, en el 1958, se convierte en hija adoptiva del pueblo de Villalba
al contraer nupcias con Filiberto “Lilo” Guzmán y completa la carrera de maestra Normal (2
años universitarios) en la Universidad Católica de Puerto Rico en Ponce. Así comienza a trabajar en el barrio Camarones de Villalba y luego la trasladan al barrio El Pino donde
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sirvió como maestra de escuela elemental por muchos años. Enseñó todas las materias:
Inglés, Matemáticas, Español, Ciencias y Estudios Sociales dado que en los campos, los
maestros tenían que facilitar diversos cursos. Esto conllevaba hacer múltiples planes
diariamente teniendo que extender su jornada laboral hasta altas horas de la noche para
cumplir con sus responsabilidades.
Continuó su experiencia como maestra en Villalba, y durante los años sesenta y setenta ejerció además en varias escuelas de diferentes sectores como Hatillo, El Limón y en la
escuela Walter Mck Jones en el centro del pueblo de Villalba, donde pasó la mayor parte de
su vida profesional, como Maestra de Ciencias y más adelante Maestra de Recurso de
Educación Especial.
A pesar de los escasos recursos en el Departamento de Educación su salón siempre estaba
bien adornado y nunca faltó el friso sobre la pizarra y la puerta forrada con colores
llamativos de materiales que ella misma elaboraba y compraba a pesar de las dificultades
económicas que todo maestro afrontaba.
Con Filiberto tuvo 8 hijos a los cuáles le dedicó su vida y se entregó como madre,
esposa, maestra y sobre todo como una sierva de Dios. Siempre con la Fe que la
caracterizaba buscaba seguir hacia adelante dando el mejor ejemplo. Alentó a sus
hermanas y primas a que prosiguieran sus estudios de escuela superior, y brindó su propio
hogar para hospedarles y facilitarles el que todas alcanzaran sus metas profesionales.
Reconociendo que sus dos años de Normal de la Universidad Católica no serían suficientes
para continuar su desarrollo como educadora, nunca dejo atrás su sueño de obtener su
grado de Bachillerato.
A Mrs. Alvarado le encantaba conseguir becas para los niños de padres con
limitaciones económicas, ya que ella había vivido en carne propia las dificultades de la
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pobreza. Siempre estaba orientando a los padres respecto a las fechas límites en
solicitudes e identificando diversas oportunidades que pudieran brindar lo mejor a sus hijos.
De hecho, lo mismo hacía Isabel con sus propios hijos, pues sabía que a través de la
educación llegarían a ser buenos profesionales y personas productivas para la sociedad.
Continuamente recalcaba: “Ay mis hijos sigan estudiando hasta quemarse las pestañas, que
es bueno trabajar con corbata y camisa blanca! ”
Fue entonces para el 1980 que el Director del Departamento de Educación el Sr.
Carlos E. Chardón, implantó el Proyecto de gerentes escolares en los distritos junto al
Instituto de Ciencias de la Educación. El proyecto tenía como objetivo facilitar a aquellos
profesionales cualificados, las herramientas necesarias para que pudieran terminaran su
grado de bachillerato y se les otorgara su título. Fue así que Isabel solicitó dicha
oportunidad y mediante la Universidad Mundial, logró terminar su Bachillerato en Educación
Elemental, cumpliendo a cabalidad sus diversos roles y responsabilidades como madre y
esposa. No solo se conformó en lograr tal hazaña y alcanzar su sueño, sino que procuró,
facilitó y alentó a muchas de sus colegas de la escuela Walter Mck Jones a que también
terminaran sus estudios y alcanzaran sus metas. Con sus compañeros de trabajo siempre
mantuvo una relación de mucho respeto y así lo han hecho constar un sinnúmero de
maestros y maestras con los que compartió labores.
Fueron innumerables los veranos que impartió clases en la Segunda Unidad del Barrio
El Pino y en el sector Apeaderos; pues Mrs. Alvarado decía que los niños con limitaciones
tenían que aprovechar el verano al máximo para pasar de grado y además almorzar bien
pues muchos de ellos se alimentaban mejor que en sus propios hogares debido a los
escasos recursos económicos. Cuando aún no existían los programas de tutorías
supervisadas, ya Isabel en eso era Pionera por excelencia, ya que ponía a sus propios hijos a
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enseñarle a los más rezagados sin ningún interés de remuneración económica alguna. Aún
hoy día, sus hijos recuerdan como los convencía de manera muy sutil, a que le ayudaran
junto a los demás niños, en la planificación del número musical que abriría o cerraría las
innumerables celebraciones escolares del año. No había una actividad escolar sin un
acróstico que Isabel hiciera a los homenajeados; prohibido olvidarlos.
Su educación no tuvo fin en ese entonces, siendo madre de una niña con una
condición especial de Síndrome Down, le crece una gran inquietud al percibir la necesidad
tan grande que sufrían los niños con condiciones especiales o de educación especial. Por
tanto, procede entonces a cursar estudios en Educación Especial de la Universidad de
Puerto Rico, Recinto de Ponce y logra su Certificación de Maestra de Educación Especial,
entre los años 1980 y 1982. Para esos años Mrs. Alvarado, estaba ubicada en la escuela
Walter Mck Jones con su propio salón de clases, pero decide abandonar la comodidad del
mismo para unirse al programa de “Homebound” la cual le brindó una de sus mayores
satisfacciones. Decidió continuar enseñando pero en ese entonces, de hogar en hogar y
teniendo la oportunidad de orientar también a los padres de niños impedidos del pueblo de
Villalba. Desde el barrio El Pino hasta el barrio La Ortiga (barrio que colinda con Orocovis)
atendió a muchísimos niños pues siempre recalcaba que los niños especiales necesitaban
más aún de cada uno de nosotros.
Tan grande era su amor al prójimo, deseo y vocación, que llegaba a cada hogar
utilizando transportación pública. Tuvo la oportunidad de llegar a niños y niñas que nunca
habían sido visitados por el Departamento de Educación y fue ella quien le llevaba la alegría
de la educación necesaria a esos niveles tan hambrientos de aprendizaje. Esto lo realizaba
con la ternura, jovialidad, pasión, sonrisa y alegría, que caracterizaban su práctica como
educadora y trato al prójimo. Muchas de estas familias no solo recibían la educación, sino la
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orientación para que pudieran gestionar y beneficiarse de ayudas alimentarias y
económicas. Se desconoce como lo hacía, pero nunca llegaba con las manos vacías a esos
hogares.
Mrs. Alvarado amaba a su comunidad del Pino y siempre animaba a sus hijos y a los
jóvenes a participar activamente en las actividades de la comunidad. Le gustaba que los
niños se anotaran en los equipos deportivos para que pudieran solicitar becas universitarias
y a las niñas las animaba a través de la música también. Siempre les fomentaba a participar
de los via-crucis vivientes, los retiros, la JAC (Juventud Acción Católica) en donde servía
como consejera y sobre todo les animaba a participar de la Santa Misa. Siempre les decía
que una misa de aguinaldo tenía que tener un buen cuatro, güiro y guitarra pues sino no, no
era misa de aguinaldo, y allí no faltaban sus niños y los amigos de sus hijos entonando los
cánticos tradicionales. En fin, muchos buenos ciudadanos del barrio El Pino la recuerdan
con inmenso cariño pues a ella le deben haber aprendido a leer y a escribir bien, ya que
fueron esos primeros grados en la escuela de El Pino los que más amó, al descubrir que los
más pequeños se harían grandes en el futuro si se educaban bien.
Luego, cerca de los años 1984 al 1989 tuvo la oportunidad de continuar laborando
nuevamente en las aulas escolares de la Escuela Walter Mck Jones donde finalizó su
práctica como maestra de Recurso de Educación Especial. Desde allí ayudó a tantos
estudiantes los cuáles, luego de muchos años se los encontraba inclusive ejerciendo
labores en diferentes oficios gracias a la educación, empuje y motivación que les diera Mrs.
Alvarado para seguir adelante, rompiendo los estigmas de haber sido niños y niñas de
Educación Especial. Eran ellos mismos quiénes les daban las gracias de haberlos animado a
seguir sus sueños y seguir adelante. Para el verano de 1989 fue galardonada como Maestra
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Ejemplar junto con otros colegas debido a su gran trayectoria prácticamente durante toda
su vida en el pueblo de Villalba, lo cual le llenó de mucha alegría y regocijo.
Fueron 35 años de pleno servicio al magisterio, los cuáles se vieron interrumpidos al
afectarse su salud a finales del año 1989, por lo que tuvo que tomar la difícil decisión de
retirarse. Estando ya retirada y en Mayo de 1993, fue homenajeada como Madre Ejemplar
del pueblo de Villalba, lo cual fue de mucho orgullo para toda la familia. Sus hijos celebraron
junto a ella y su amante esposo tan apreciado galardón, ya que gracias la ayuda de “Lilo” su
esposo y el tesón de ella como madre, todos sus hijos se hicieron excelentes profesionales
en diferentes campos y materias, como ella siempre decía, “La educación empieza por la
casa”.
Fue tan luchadora que hasta en sus enfermedades siempre estuvo positiva ante la
adversidad, con la Fe puesta en Dios Todopoderoso y en las oraciones que no faltaron día
tras día. Una de estas enfermedades tan difíciles como el cáncer, logró vencerlo y seguir
dedicándose a su familia y tan adorables nietos. Sin embargo más adelante la abatió el
Alzheimer el cual fue manejando poco a poco junto al amor inagotable de su amable esposo
“Lilo”, y su adorable familia. Sin embargo murió de manera sorprendente, el día 23 de Julio
de 2010, el cual la transformó en el alma de luz que es ahora. No nos cabe ninguna duda que
disfruta de la presencia de Nuestro Padre Celestial.
Isabel se retiró de las aulas, pero nunca del constante servicio a los demás, su vida
trascendió entre su esposo, sus hijos, sus alumnos, sus colegas, amigos y familiares que aún
hoy día recuerdan y agradecen la inmensa labor que realizó en sus vidas esta gran maestra
y educadora de excelencia, siendo parte de una comunidad en armonía, como lo fue, ha
sido y siempre será la Comunidad del Pino y todo el pueblo de Villalba que así lo reconoce.
ejerció además en varias escuelas de diferentes sectores como Hatillo, El Limón y en la
escuela Walter Mck Jones en el centro del pueblo de Villalba, donde pasó la mayor parte de
su vida profesional, como Maestra de Ciencias y más adelante Maestra de Recurso de
Educación Especial.
A pesar de los escasos recursos en el Departamento de Educación su salón siempre estaba
bien adornado y nunca faltó el friso sobre la pizarra y la puerta forrada con colores
llamativos de materiales que ella misma elaboraba y compraba a pesar de las dificultades
económicas que todo maestro afrontaba.
Con Filiberto tuvo 8 hijos a los cuáles le dedicó su vida y se entregó como madre,
esposa, maestra y sobre todo como una sierva de Dios. Siempre con la Fe que la
caracterizaba buscaba seguir hacia adelante dando el mejor ejemplo. Alentó a sus
hermanas y primas a que prosiguieran sus estudios de escuela superior, y brindó su propio
hogar para hospedarles y facilitarles el que todas alcanzaran sus metas profesionales.
Reconociendo que sus dos años de Normal de la Universidad Católica no serían suficientes
para continuar su desarrollo como educadora, nunca dejo atrás su sueño de obtener su
grado de Bachillerato.
A Mrs. Alvarado le encantaba conseguir becas para los niños de padres con
limitaciones económicas, ya que ella había vivido en carne propia las dificultades de la
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pobreza. Siempre estaba orientando a los padres respecto a las fechas límites en
solicitudes e identificando diversas oportunidades que pudieran brindar lo mejor a sus hijos.
De hecho, lo mismo hacía Isabel con sus propios hijos, pues sabía que a través de la
educación llegarían a ser buenos profesionales y personas productivas para la sociedad.
Continuamente recalcaba: “Ay mis hijos sigan estudiando hasta quemarse las pestañas, que
es bueno trabajar con corbata y camisa blanca! ”
Fue entonces para el 1980 que el Director del Departamento de Educación el Sr.
Carlos E. Chardón, implantó el Proyecto de gerentes escolares en los distritos junto al
Instituto de Ciencias de la Educación. El proyecto tenía como objetivo facilitar a aquellos
profesionales cualificados, las herramientas necesarias para que pudieran terminaran su
grado de bachillerato y se les otorgara su título. Fue así que Isabel solicitó dicha
oportunidad y mediante la Universidad Mundial, logró terminar su Bachillerato en Educación
Elemental, cumpliendo a cabalidad sus diversos roles y responsabilidades como madre y
esposa. No solo se conformó en lograr tal hazaña y alcanzar su sueño, sino que procuró,
facilitó y alentó a muchas de sus colegas de la escuela Walter Mck Jones a que también
terminaran sus estudios y alcanzaran sus metas. Con sus compañeros de trabajo siempre
mantuvo una relación de mucho respeto y así lo han hecho constar un sinnúmero de
maestros y maestras con los que compartió labores.
Fueron innumerables los veranos que impartió clases en la Segunda Unidad del Barrio
El Pino y en el sector Apeaderos; pues Mrs. Alvarado decía que los niños con limitaciones
tenían que aprovechar el verano al máximo para pasar de grado y además almorzar bien
pues muchos de ellos se alimentaban mejor que en sus propios hogares debido a los
escasos recursos económicos. Cuando aún no existían los programas de tutorías
supervisadas, ya Isabel en eso era Pionera por excelencia, ya que ponía a sus propios hijos a
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enseñarle a los más rezagados sin ningún interés de remuneración económica alguna. Aún
hoy día, sus hijos recuerdan como los convencía de manera muy sutil, a que le ayudaran
junto a los demás niños, en la planificación del número musical que abriría o cerraría las
innumerables celebraciones escolares del año. No había una actividad escolar sin un
acróstico que Isabel hiciera a los homenajeados; prohibido olvidarlos.
Su educación no tuvo fin en ese entonces, siendo madre de una niña con una
condición especial de Síndrome Down, le crece una gran inquietud al percibir la necesidad
tan grande que sufrían los niños con condiciones especiales o de educación especial. Por
tanto, procede entonces a cursar estudios en Educación Especial de la Universidad de
Puerto Rico, Recinto de Ponce y logra su Certificación de Maestra de Educación Especial,
entre los años 1980 y 1982. Para esos años Mrs. Alvarado, estaba ubicada en la escuela
Walter Mck Jones con su propio salón de clases, pero decide abandonar la comodidad del
mismo para unirse al programa de “Homebound” la cual le brindó una de sus mayores
satisfacciones. Decidió continuar enseñando pero en ese entonces, de hogar en hogar y
teniendo la oportunidad de orientar también a los padres de niños impedidos del pueblo de
Villalba. Desde el barrio El Pino hasta el barrio La Ortiga (barrio que colinda con Orocovis)
atendió a muchísimos niños pues siempre recalcaba que los niños especiales necesitaban
más aún de cada uno de nosotros.
Tan grande era su amor al prójimo, deseo y vocación, que llegaba a cada hogar
utilizando transportación pública. Tuvo la oportunidad de llegar a niños y niñas que nunca
habían sido visitados por el Departamento de Educación y fue ella quien le llevaba la alegría
de la educación necesaria a esos niveles tan hambrientos de aprendizaje. Esto lo realizaba
con la ternura, jovialidad, pasión, sonrisa y alegría, que caracterizaban su práctica como
educadora y trato al prójimo. Muchas de estas familias no solo recibían la educación, sino la
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orientación para que pudieran gestionar y beneficiarse de ayudas alimentarias y
económicas. Se desconoce como lo hacía, pero nunca llegaba con las manos vacías a esos
hogares.
Mrs. Alvarado amaba a su comunidad del Pino y siempre animaba a sus hijos y a los
jóvenes a participar activamente en las actividades de la comunidad. Le gustaba que los
niños se anotaran en los equipos deportivos para que pudieran solicitar becas universitarias
y a las niñas las animaba a través de la música también. Siempre les fomentaba a participar
de los via-crucis vivientes, los retiros, la JAC (Juventud Acción Católica) en donde servía
como consejera y sobre todo les animaba a participar de la Santa Misa. Siempre les decía
que una misa de aguinaldo tenía que tener un buen cuatro, güiro y guitarra pues sino no, no
era misa de aguinaldo, y allí no faltaban sus niños y los amigos de sus hijos entonando los
cánticos tradicionales. En fin, muchos buenos ciudadanos del barrio El Pino la recuerdan
con inmenso cariño pues a ella le deben haber aprendido a leer y a escribir bien, ya que
fueron esos primeros grados en la escuela de El Pino los que más amó, al descubrir que los
más pequeños se harían grandes en el futuro si se educaban bien.
Luego, cerca de los años 1984 al 1989 tuvo la oportunidad de continuar laborando
nuevamente en las aulas escolares de la Escuela Walter Mck Jones donde finalizó su
práctica como maestra de Recurso de Educación Especial. Desde allí ayudó a tantos
estudiantes los cuáles, luego de muchos años se los encontraba inclusive ejerciendo
labores en diferentes oficios gracias a la educación, empuje y motivación que les diera Mrs.
Alvarado para seguir adelante, rompiendo los estigmas de haber sido niños y niñas de
Educación Especial. Eran ellos mismos quiénes les daban las gracias de haberlos animado a
seguir sus sueños y seguir adelante. Para el verano de 1989 fue galardonada como Maestra
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Ejemplar junto con otros colegas debido a su gran trayectoria prácticamente durante toda
su vida en el pueblo de Villalba, lo cual le llenó de mucha alegría y regocijo.
Fueron 35 años de pleno servicio al magisterio, los cuáles se vieron interrumpidos al
afectarse su salud a finales del año 1989, por lo que tuvo que tomar la difícil decisión de
retirarse. Estando ya retirada y en Mayo de 1993, fue homenajeada como Madre Ejemplar
del pueblo de Villalba, lo cual fue de mucho orgullo para toda la familia. Sus hijos celebraron
junto a ella y su amante esposo tan apreciado galardón, ya que gracias la ayuda de “Lilo” su
esposo y el tesón de ella como madre, todos sus hijos se hicieron excelentes profesionales
en diferentes campos y materias, como ella siempre decía, “La educación empieza por la
casa”.
Fue tan luchadora que hasta en sus enfermedades siempre estuvo positiva ante la
adversidad, con la Fe puesta en Dios Todopoderoso y en las oraciones que no faltaron día
tras día. Una de estas enfermedades tan difíciles como el cáncer, logró vencerlo y seguir
dedicándose a su familia y tan adorables nietos. Sin embargo más adelante la abatió el
Alzheimer el cual fue manejando poco a poco junto al amor inagotable de su amable esposo
“Lilo”, y su adorable familia. Sin embargo murió de manera sorprendente, el día 23 de Julio
de 2010, el cual la transformó en el alma de luz que es ahora. No nos cabe ninguna duda que
disfruta de la presencia de Nuestro Padre Celestial.
Isabel se retiró de las aulas, pero nunca del constante servicio a los demás, su vida
trascendió entre su esposo, sus hijos, sus alumnos, sus colegas, amigos y familiares que aún
hoy día recuerdan y agradecen la inmensa labor que realizó en sus vidas esta gran maestra
y educadora de excelencia, siendo parte de una comunidad en armonía, como lo fue, ha
sido y siempre será la Comunidad del Pino y todo el pueblo de Villalba que así lo reconoce.
Que hermosa tarea la de enamorar a los niños con la lectura! Esa fue siempre una de las misiones principales de Isabel Alvarado Alvarado, la educación como valuarte! Felicitaciones por el excelente trabajo en la Biblioteca y la escuela completa!!
ResponderEliminarGracias...Lindo día
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